Laura Duró, Raül Toran, Celia Santos, Pamela Blanche, Inés Valls y Mònica Ubalde
Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)
María, vecina de Viladecans de 46 años, lleva tiempo preguntándose cómo los espacios verdes que visita a diario influyen en su salud y en la de su comunidad. Al enterarse de que se buscaban personas voluntarias para formar parte del Laboratorio Ciudadano de Salud Urbana (Lab CSU), no lo dudó: se apuntó con ganas de entender, con datos en la mano, qué papel juega la naturaleza en la vida urbana, y la salud y el bienestar de la ciudadanía.
La primera fase del Lab CSU consistió en un diagnóstico colectivo al que se sumaron más de 300 personas de Viladecans. ¿El objetivo? Entender qué valoran los vecinos y vecinas de sus espacios verdes y cómo perciben su impacto en la salud y bienestar. La mayoría coincidió en que el bienestar emocional es el beneficio más importante. Conceptos como la reducción del estrés, la tranquilidad o la salud mental desde la infancia hasta las edades más avanzadas aparecieron de forma recurrente, especialmente entre las mujeres. También identificaron diferencias en función del género y la edad a la hora de señalar quién se ve más afectado por la falta de naturaleza urbana: las mujeres señalaron mayoritariamente a la infancia, mientras que los hombres destacaron a las personas mayores.
Uno de los temas abordados durante el diagnóstico fue si en Viladecans se cumple la conocida regla 3-30-300: ¿vemos al menos 3 árboles desde casa?, ¿vivimos en barrios con un 30% de cobertura vegetal?, ¿tenemos un parque a menos de 300 metros?
María, por ejemplo, ve árboles desde su ventana y tiene un parque cerca. Pero los datos recogidos durante el diagnóstico colectivo muestran que para más de la mitad de las personas encuestadas no cumplen los tres criterios. Contar con una cobertura verde de al menos un 30% fue el aspecto menos alcanzado. Este déficit se agudiza en mujeres entre 30 y 50 años, una franja de edad en la que coinciden una mayor carga en las tareas de cuidados y la necesidad de espacios de respiro y restauración.
A partir de este diagnóstico, María y el resto de personas voluntarias participaron en varias sesiones de co-creación para definir qué querían investigar: ¿qué elementos del entorno urbano querían medir antes y después de la transformación verde de sus barrios?
De estas sesiones surgieron las principales preguntas de investigación y se definieron las variables clave: calidad del aire, ruido ambiental, temperatura, así como el uso y la percepción de los espacios verdes. Estas decisiones marcaron el rumbo de la siguiente fase del Lab CSU.
Con las preguntas claras y las herramientas preparadas, se llevó a cabo la recogida de datos antes de que se implementaran las intervenciones de renaturalización. María y otras personas voluntarias recorrieron los parques con sensores de contaminación, medidores de temperatura y ruido, cuestionarios y cámaras térmicas. En el Parc de la Marina, por ejemplo, observaron que la mayoría de las personas usuarias eran mujeres. Muchas afirmaron sentirse seguras en el espacio y preferir pasear allí frente a otras rutas, por cómo les hacía sentir. En el Parc de la Pau, en cambio, los hombres predominaron como usuarios más frecuentes, y se valoraba positivamente la posibilidad de realizar actividad física y la sensación de relajación que proporciona el entorno.
Esta recogida de datos permitió establecer una línea de base para poder comparar con los datos que se recopilaran después de la renaturalización y poder evaluar así su impacto, es decir, medir si ha generado cambio en los indicadores estudiados.
Después de compartir los primeros resultados con la ciudadanía en una sesión abierta, el Lab CSU continuó con actividades de innovación social para profundizar en los aprendizajes, hacer propuestas para seguir generando impacto en la comunidad y ampliar el alcance del proyecto. Se desarrolló el prototipado de una propuesta creativa para mejorar la salud urbana mediante el verde urbano: la creación de micro-oasis en espacios residuales de Viladecans (ej. solares abandonados, medianas de calles, rincones olvidados)
Próximamente, María volverá a salir con su sensor, esta vez para recoger los datos post-renaturalización. ¿Ha mejorado el confort térmico? ¿Ha contribuido a una mejor calidad del aire? ¿Se utilizan más los parques? ¿Ha cambiado el perfil de quién los usa con más frecuencia? ¿Ha mejorado la percepción de estos espacios? ¿Se siente mejor la ciudadanía en ellos?
Las nuevas mediciones, previstas para finales de septiembre y principios de octubre, permitirán valorar si las transformaciones verdes han tenido un impacto tangible en la salud y bienestar de la ciudadanía de Viladecans vecina y/o usuaria de los espacios transformados.
El Lab CSU es una iniciativa impulsada por ISGlobal y LICHEN Innovación Social, en el marco del proyecto Viladecans Viu Verd, coordinado por el Ayuntamiento de Viladecans y subvencionado por la Fundación Biodiversidad (Next Generation EU).
Resumen del post:
Laura Duró, Raül Toran, Celia Santos, Pamela Blanche, Inés Valls y Mònica Ubalde
Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)
María, vecina de Viladecans, participa como voluntaria en el Laboratorio Ciudadano de Salud Urbana (Lab CSU) con el objetivo de entender cómo la transformación de espacios verdes influyen en la salud y bienestar. El proyecto comenzó con un diagnóstico participativo en el que más de 300 personas expresaron que el principal beneficio de las áreas verdes es el bienestar emocional, especialmente mujeres. También se exploró la la regla 3-30-300, detectando que más de la mitad de las personas no cumplen los tres criterios, sobre todo en lo referente a la cobertura vegetal
A partir del diagnóstico, se definieron colectivamente qué indicadores medir para evaluar el impacto de la renaturalización urbana (como calidad del aire, ruido o temperatura, uso y percepciones de los espacios). Para ello realizó una recogida de datos previa a las intervenciones. Los parques analizados (Parc de la Marina y Parc de la Pau) mostraron patrones de uso diferenciados por género. En general, se valoraron positivamente en términos de seguridad y bienestar.
Tras la sesión de devolución de los primeros resultados, se llevaron a cabo actividades de innovación social en las que se desarrolló el prototipado de una propuesta creativa para mejorar la salud urbana mediante el verde urbano. Próximamente, se realizará una segunda ronda de mediciones para evaluar el impacto de la renaturalización. El proyecto es impulsado por ISGlobal y LICHEN en el marco del programa Viladecans Viu Verd.
Dentro de este plan de renaturalización, el consistorio ha impulsado el...
Acción de ciencia ciudadana dentro del programa con fondos europeos Viu Verd
Con el soporte de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por el fondo de la Unión Europea NextGenerationEU.